El fenómeno observado sobre los cielos de Noruega no se trató de un despliegue de nubes de resplandor nocturno, que se produce cuando las nubes contienen cristales de hielo que reflejan la luz, ni son luces de origen sísmico. Tampoco son aquellas humeantes y retorcidas torres de luz, provocadas por gas metano liberado a la atmósfera con motivo de movimientos del terreno, que súbitamente se inflaman mientras flotan en el cielo. El fenómeno observado en Noruega es comparable a las nubes de neón, avistadas ocasionalmente desde que el Planeta X arribó al interior del sistema solar en 2003, mientras componentes grasos contenidos en la cola del Planeta X contaminaban la atmósfera de la Tierra. La apariencia de neón es provocada por una reacción química, parecida a las varitas de luz que son familiares al hombre. Hasta hace poco tiempo, tales efectos de neón requerían de una fuente emisora de luz, para que se pudieran ver, que estuviera encendida al amanecer o al atardecer, o de las luces de una ciudad. Lo que ha ocurrido sobre Noruega, y recientemente en China, es una nube de neón, una nube de componentes aceitosos, iluminada por la carga eléctrica de la cola del Planeta X. Porqué se produjo aquel gran remolino en las nubes, que giraba en derredor del remolino central de neón? Una carga eléctrica en los cielos no es un ente estático, como lo demuestra la trayectoria seguida por la caída de un rayo. Un rayo es el producto de una acumulación de carga eléctrica entre masas de aire en movimiento, que de pronto aumenta hasta el punto en que hay un torrente de electrones en movimiento. Pero qué ocurriría si la carga eléctrica no se acumulara en una sola parte, sino que estuviera permanentemente presente dentro de un área mucho más amplia? Como ocurre con todos los remolinos que se producen en la naturaleza, ellos se inician con un pequeño movimiento en un lugar, creando un vacío que arrastra a la materia que se encuentra detrás de él, y así se desarrolla como un remolino. Las galaxias también giran, con un gran remolino. El agua que se va por el drenaje gira, formando un remolino. Y estos grandes remolinos de carga eléctrica atmosférica van detrás de alguna porción de la ondulante cola del Planeta X que está más o menos eléctricamente cargada que la atmósfera que la rodea. Lo que ocurre en el centro del eléctricamente cargado remolino, es que tiene una mayor carga eléctrica que el remolino exterior que le rodea, y así el centro se convierte en una nube de neón, que incluso se puede ver por la noche, y que trata de descargarse, hacia el terreno, en la Tierra