Criticar la encarnación, juzgar el éxito o fracaso de la encarnación, no es
siempre lo que las entidades deberían desear. Las entidades deberían sentir,
por sí mismas, que han realizado progresos aunque el guía espiritual tenga una opinión
enteramente distinta. El progreso en las lecciones a ser aprendidas puede ser mal
interpretado por corrientes cruzadas, debido a que la vida ofrece circunstancias
en las que se añaden lecciones no planeadas, y son ignoradas las que fueron
planeadas. La entidad inmadura puede desde su punto de vista ver la encarnación
como un fracaso, y sorprenderse al ver el registro contemplado desde puntos de
vista inesperados. Muy a menudo las entidades han realizado progresos escasos, y
se encuentran a sí mismas repitiendo la misma escena en vidas futuras hasta que
consiguen progresar. El escenario donde se determinan las acciones futuras
marca el punto donde la vida pasada es asentada y comienza el futuro. Este
punto no se alcanza mientras que los temas de los dos primeros estados estén
pendientes. Es en este estado en el que están claras las lecciones al comienzo
de la siguiente encarnación. La entidad inmadura puede no estar de acuerdo, y
por tanto este escenario puede ser prolongado, pues la encarnación podría ser
despilfarrada si el foco no estuviera claro.
Aunque los humanos son desconocedores de sus vidas pasadas, y debido a la Ley
del Olvido se supone que empiezan la encarnación con la pizarra en blanco, de
hecho la entidad inmadura necesita ver con claridad cono los demás ven su
progreso. Pueden no estar de acuerdo, pero deben entenderlo. En ese momento es
planeada y tramada por los guías espirituales la siguiente encarnación, que dan
escasa consideración a lo que la entidad inmadura pueda estar reclamando. El espíritu
está a menudo ponderando la vida pasada hasta el momento anterior a la muerte,
y planificando la próxima reencarnación. Por tanto hay una progresión normal en
la discusión con los Guías Espirituales, y la siguiente encarnación es preparada a menudo rápidamente. Como hemos mencionado esta no es una elección del joven espíritu, sino de los guías.
Por tanto es un poco parecido ir a tomar un tren en la estación, ¡y caminar
hacia nuestro nuevo tren! Simplemente eso, ¡de nuevo en ruta!