Las entidades formadas en un mundo de 3ª Densidad se encarnan casi continuamente en su temprana existencia de 3ª Densidad, a menos que haya una carencia de oportunidades. Sin embargo, justo después de que una especie inteligente haya sido modificada genéticamente, la entidades formadas usualmente encuentran la situación opuesta – hay mas que suficientes cuerpos esperando una encarnación, se puede elegir. Esto es debido a que hay muchas entidades formadas abortadas, de forma que al estabilizarse el crecimiento de la población hay un numero mayor de cuerpos pero pocas entidades reencarnadas. Durante estos años iniciales la mayoría de las criaturas conscientes inteligentes, son de hecho un territorio virgen para las nuevas entidades formadas, siendo la minoría ocupadas por espíritus reencarnados. En este estado, los embajadores del nacimiento, permiten que el proceso ocurra automáticamente. Y a su debido tiempo comienzan a guiar a las encarnaciones, haciendo esto sin recurrir a la imposición de ninguna represión física.
Hemos mencionado que los guías espirituales fuerzan a una entidad Fuera-Del-Cuerpo a volver a su cuerpo, y que los embajadores del nacimiento reúnen a las entidades que abandonan un cuerpo muerto o moribundo. ¿Cómo ocurre esto sin represiones físicas? Si los espíritus pueden pasan a través de las paredes y viajar libremente, ¿es que no pueden simplemente revolotear separados de las entidades observándolas desde arriba? El orden se mantiene en esas situaciones por lo que describiríamos como la fuerza del deseo. Las entidades actúan desde la 4ª Densidad como los monitores de un patio de colegio en la 3ª Densidad, y muchos han llegado para realizar el servicio incluso desde densidades superiores. Espiritualmente tienen más volumen, más masa, y realmente tienen más trucos y sabiduría para manipular entidades inferiores.
Una entidad inmadura aprendiendo el Servicio-A-Si Mismo es dirigida a un entorno, entre otra entidades inmaduras, donde puede ser el centro de atención, y por tanto no tiene deseo de vagabundear. Las entidades inmaduras inclinadas al Servicio-A-Otros son situadas junto a una pareja que necesita curación, participando en este proceso con entidades de densidades superiores. Además, dado su sentido de propósito, no tienen el impulso inmediato de vagabundear. Aunque las entidades recientemente encarnadas tiene asuntos inestables y desean visitar lo vivo o visitar ciertos escenarios, esencialmente se les programa un viaje organizado. Algunos de esos viajes organizados tienen una duración de años, e incluso de cientos de años, dando lugar a lo que se denomina obsesivo. Durante este periodo las entidades turbadas, están en compañía de sus guías, quienes normalmente mantienen su atención sobre un numero determinado de entidades inmaduras al mismo tiempo. No obstante, los guías pueden ser llamados para atender a la entidad obsesiva, cuando es necesario.
Con el tiempo un mundo de la 3ª Densidad evoluciona hasta el punto en el que la mayoría de las criaturas inteligentes son ocupadas por entidades reencarnadas, y a menos que haya una drástica reducción en la población, los periodos de espera solo ocurren cuando los embajadores del nacimiento determinan que la siguiente encarnación requiere circunstancias especiales. Durante los periodos de un rápido incremento de la población, tales como los que ha experimentado la Tierra durante el siglo pasado, no ocurren reencarnaciones en muchas criaturas inteligentes, pero pueden iniciarse nuevas entidades formadas. Como es usual en esas circunstancias, la mayoría abortan. Por tanto cuando llega el tiempo de la cosecha, durante el crecimiento polar, no hay tantos como cinco billones de almas que deban ser escoltados a su nuevo hogar, sino solamente algo más de un billón. Donde hay una vida pasiva, con pocos cambios y sin exhibir iniciativa, una entidad formada no hace nada sino disiparse tras la muerte. Los enviados del nacimiento no tienen nada que reunir.